Transmilenio

Hoy vamos a hablar del Transmilenio. Aunque parezca increíble, Bogotá no tiene metro. Así es, una ciudad de más de seis millones de habitantes sólo dispone de transporte por encima de la tierra. Es fácil imaginarse los impresionantes atascos (aquí les llaman trancones) que se forman en las horas puntas. Te puedes tirar fácilmente entre dos y tres horas para cruzar la ciudad.

Con el fin de solucionar esto, hace unos años se puso en práctica Su construcción se inició en 1998 y se puso en funcionamiento en 2000, durante la alcaldía de Enrique Peñalosa. Lo más curioso es que este tipo pertenece al partido de Los Verdes y sigue siendo un defensor acérrimo de su invención. Además, como es obvio, sigue siendo contrario al metro. Lo peor de todo es que de tonto tiene poco; tiene un B. A. en Historia y Economía por la Universidad de Duke, en Estados Unidos. Hizo estudios de Posgrado en Gobierno del IIAP en París y en Administración Pública en la Universidad de París II y fue académico visitante en la Universidad de Nueva York durante tres años. La verdad es que no concibo como algo que agiliza las comunicaciones en una ciudad, aquí hay alguien que se opone.

El Transmilenio es exactamente igual que el metro, pero en la superficie. El inconveniente que tiene es que siempre va atestado de gente y que para entrar o salir del autobús tienes que -literal- empujar sin piedad. Además, es más lento que el metro convencional y todo el mundo te aconseja que debes de tener cuidado con los carteristas.

Para el futuro parece ser que hay una línea de metro ya proyectada, aunque me da la sensación de que me puede morir y no llegar a verla. Como me dijo alguien cuando llegué aquí, "paciencia".