viernes, 10 de diciembre de 2010

Hola, ¿está Pescadito?

Vosotros imaginad que tenéis un hijo/a, ¿le pondríais de nombre Pescadito o Zyryy? No, verdad. Pues ha habido unos padres sin corazón y sin raciocinio que tuvieron la buena o mala idea de ponerle a su vástago tal castigo.

Eso de los nombres en Colombia merece la pena destacarlo, puesto que cada día te llevas sorpresas mayúsculas con algunos pobres niños que sus padres han querido marcar de por vida.

Yo siempre digo lo mismo. Lo malo no es poner el nombre en sí mismo (ya de por sí cruel), sino que si por esas cosas del destino ese niño o niña llegan a ser famosos internacionalmente, Colombia pasaría a llamar la atención más por el nombre del susodico que por susu supuesto valores. ¿Os imagináis en una reunión, por ejemplo, de la ONU o de la OEA, que de repente se diga "el ministro de exteriores colombiano Pescadito Martínez? ¿O una cantante, escritora o artista de Colombia llamada Zyryy?

Del resto de la foto cabe destacar que todos los apellidos más comunes on herencia española, aunque no es nada anecdótico lo que estoy diciendo, ¿verdad?

Mientras tanto esperaré que no me lleguen más nombres a mis oídos como Joany Estiben, Nayeli Tatiana, Nissy Ailen, Joshua Dylan, Zoyla Rosa, Margie Loraine, May Jerau o Dagon (¡todos ellos reales!).

martes, 7 de diciembre de 2010

Poquito a poco todo sale

La paciencia es una virtud en todos los sitios, pero en Colombia es, además, de obligado cumplimiento. Lo mejor que puedes hacer es concienciarte de que algunas cosas van a ir un poquito lentas. En ese sentido los colombianos y los españoles son parecidos, es decir, mucho quejarse pero poco ponerle soluciones. De todas maneras los españoles han aprendido con el paso del tiempo a mostrar su disconformidad cuando algo no les parece correcto o cuando quieren que las instituciones públicas le pongan solución a algo que les da problemas.

Todo este rollo que estoy soltando viene a cuanto de la calle donde vivimos. Cuando llegué al 'nuevo mundo' el estado del firme es el que se puede ver en esta primera foto, es decir, el asfalto estaba en bastante mañ estado, con uns boquetes considerables. No tenía ni idea de cómo podía intentar que se le pusiese solución, puesto que lógico en estos casos es que el propio ayuntamiento tenga unos funcionarios encargados de conocer el estado de las calles de la ciudad y arreglarlas cuando fuera necesario.

Pues bien, la cosa fue empeorando, de tal manera que unos meses después, y tras haber caído bastantes lluvias, el estado era ya más que deplorable, como bien se puede ver. ¿Qué hacer?

Donde vivo pertenece al barrio de Teusaquillo, por lo que un día llamé al ayuntamiento y les dije que quería presentar una queja por el estado en el que se encontraba la calle. Fue curioso, porque la señorita que me cogió el teléfono me preguntó, ¿una queja? Yo creo que se quedó alucinada. Eso fue aproximadamente hace unos cinco meses.

Casi tres meses después tuve que pasar por este ayuntamiento para recoger un papel de Clarita, por lo que aproveché para dejar una queja por escrito y pidiendo por segunda vez que arreglaran la calle. Además, pedí hablar con el funcionario encargado, por lo que pude explicar de viva voz al arquitecto mi petición.

Lo curioso es que cuando comentaba mis pasos, los colombianos de mi alrededor se reían diciendo que ya podía esperar sentado porque no iba a conseguir nada, la primera, Clarita. Sin embargo, al final, una mañana, pudimos comprobar con una enorme alegría que los esfuerzos habían tenido una digna recompensa. Los servicios del ayuntamiento no sólo arreglaron esta calle, sino todas las del barrio, que también estaban hechas polvo. Aquí muestro la foto de como quedó.

Así que, que no todo sean curiosidades más o menos negativas. A lo mejor un poco más lento, pero lo importante es la efectividad y que se vayan haciendo las cosas. Eso sí, es necesario quejarse cuando hace falta. Se seguirá en la lucha.