domingo, 16 de febrero de 2014

¿Por qué fracasan los países?





Acabo de terminar la lectura del libro ¿Por qué fracasan los países? Los autores son Daron Acemoglu y James A. Robinson. Son un turco y un norteamericano y economistas en el Massachusetts Intitute of Technology y universidad de Harvard respectivamente. Obviamente ambos estudiosos tienen una formación académica muchísimo más amplia que la mía. Sin embargo, he de decir que, sin conocerles con anterioridad, gracias a lo que leí en el máster y mi residencia en Colombia, ya opinaba algunas cosas que después he leído en artículos, entrevistas de ambos o en el libro que he nombrado.


El libro explica cómo las naciones avanzan en su desarrollo siempre y cuando sus gobiernos sean inclusivos o excluyentes. Eso significa que los gobiernos potencian la creación de instituciones y leyes que fomentan una economía inclusiva, o lo que es lo mismo, que buscan que toda la sociedad se beneficie. Por el contrario, los gobiernos excluyentes sólo promocionan y benefician a las clases pudientes y a las élites sociales. 

Se trata de una teoría muy interesante, tanto en cuanto, pueden analizarse varias sociedades, culturas y naciones utilizando unos mismos parámetros. En el caso de Colombia, lo que ambos analistas afirman es que "es muy poco probable que haya crecimiento económico sostenible". Entre algunas razones que dan está la existencia de una élite social que no lo interesa promocionar a las clases bajas y, por supuesto, a las medias, para seguir manteniendo su estatus. Algo que no sólo ocurre en Bogotá, sino en todos los departamentos. Además, el hecho de que perdure la violencia provoca la debilidad del Gobierno y sus instituciones en todo el país. Así, las élites sociales y/o políticas en un departamento lo manejan hasta cierto punto a expensas de lo que diga Bogotá.

Sin embargo, a pesar de que al libro le pongo un sobresaliente, le pongo tres peros. El primero de ellos es que da la sensación de que la regla para medir lo inclusivo o lo extractivo es la Revolución Gloriosa inglesa. La revuelta de una parte de la nobleza y los comerciantes ingleses contra el monarca Jacobo II parece que fue lo mejor que le ocurrió a Inglaterra y que los cambios de gobierno en el mundo se deberían de medir siguiendo los parámetros gloriosos británicos. Amén de que los efectos de la expansión territorial de España o Francia son siempre mucho más negativos que los ingleses.

El segundo es que obvia la importancia de la educación para cambiar la mentalidad y concienciación y, por lo tanto, la integridad de los futuros políticos. Habla de la clase política, es cierto, pero no ahonda en la necesidad de invertir en educación pública para mejorar la formación de los niños de hoy en día, futuros mandatarios de la nación. Hay que cambiar ciertos valores, ciertas mentalidades para que el país cambie de verdad. Lógicamente no es trabajo de un día, pero sí se puede hacer.

Y la tercera es que el tema de la corrupción destaca por su ausencia. En todo el libro no toca nunca ese tema, lo que es básico a la hora de entender ralentizaciones en el desarollo económico. Tampoco ahonda en la posibilidad de que la corrupción pueda significar un freno en el futuro de países como Brasil.

En fin, un excelente libro escrito bajo una visión anglosajona. Por supuesto, lo recomiendo.
Aquí os dejo una crítica que salió en la página web la informacion.com.com.

lunes, 10 de febrero de 2014

Cirugía plástica





Colombia es un país donde el culto al cuerpo es importante. No es que no lo sea en España o en otras naciones, pero en Colombia adquiere un peso que no se percibe en otros países. Excepto en Venezuela, claro está, en donde es casi una religión.

Por poner un ejemplo, la Sociedad colombiana de cirugía plástica aseguró que entre diciembre de de 2013 y enero de 2014 se incrementaron este tipo de cirugías un 30 por ciento. Al año se practican en este país cerca de 100.000 cirugías plásticas.
Un ejemplo claro de esto es algo que vi un día, paseando por una zona de Bogotá que se llama los outlets. Vi un escaparate con unos maniquíes la mar de curiosos. Como podéis ver en la foto, aparte de que ambos reflejan a mujeres estilo 'lobas', les ponen una tetas enormes.

¿Sabéis una cosa? En Colombia hay un concepto que es el de traqueto.  Se les llama así a la personas relacionadas directamente con el tráfico de sustancias ilegales, de manera más específica, cocaína y marihuana. El nombre suele darse, sobre todo, a los mandos medios o a quienes se destacan por la ostentación del dinero que trae el tráfico ilegal. El título no suele darse a los grandes capos, ni a aquellos que prefieren mantener un bajo perfil.

Pues bien, muchos de estos tipos, cuando se echan una novia, la meten en el quirófano y las cambian a base de bisturí. Les ponen culo, tetas y todo aquello que les guste. Así que estos maniquíes reflejan, desgraciadamente, mujeres así. 

Por otro lado, es un estilo de belleza que ha cuajado tanto en la sociedad, que muchas mujeres lo imitan, aunque no estén relacionadas con el mundo de la droga. La pena es ver a niñas y adolescentes que aspiren a tener esos cuerpos y los supuestos beneficios que les traería.

Cuando vi lo maniquíes me hicieron gracia, por lo que no pude evitar sacarle una foto.

No quiero que nadie se sienta ofendido. No estoy criticando o menospreciado a la mujer o a la sociedad colombianas. Es algo que se ve y me da pena.

lunes, 3 de febrero de 2014

¿Otra vez con el imperialismo?



Volvía del trabajo y me encontré con esta pegatina puesta en una cabina telefónica. La tentación me pudo y no pude evitar hacerle una foto. Cosas como estas son típicas de las fuerzas de izquierda en España, en este caso de las juventudes del Partido Comunista de España (PCE). El concepto, grosso modo, viene a ser el que los pobrecitos latinoamericanos están humillados por el gringo malo. 

Es algo que de vez en cuando vuelve a salir a la palestra de la revindicaciones izquierdistas. No estaría mal siempre y cuando alguno de ellos hubiera estado en Latinoamérica y se hubiese dado cuenta de que los mayores imperialistas de aquellas tierras son las clases predominantes. Amén de que con la llegada de españoles en los últimos tiempos, parece más una reconquista que un imperialismo. Varios son los problemas de base de los países latinoamericanos, pero el imperialismo gringo no es, ni muchísimo menos, uno de ellos. No se acerca a la cabeza de los principales.

Pongo como ejemplo, aparte del cartelito del principio, una pintada que apareció en Cuenca cuando murió el ex presidente venezolana, Hugo Chávez. Foto que tomé prestada del face de una amiga. 

En fin, lo del imperialismo y similares son los viejos tópicos en los que se basa la izquierda rancia para volver al discurso fidelista de los años 60. ¡Qué se le va a hacer!