jueves, 18 de enero de 2018

Historia en Colombia, ¿sí o no?





El pasado 30 de diciembre publiqué en mi twitter @pedrotauroni que me alegraba de la vuelta de la clase de Historia a los colegios colombianos. El presidente Juan Manuel Santos había firmado un decreto que modificaba la Ley General de Educación de 1994, y que obligaba a los colegios a dictar una materia independiente sobre la historia nacional.

Siempre me llamó la atención que en los planes educativos colombianos no aparecía por ningún lado la asignatura de Historia. Lo que hay es una disciplina que se llama Ciencias Sociales y en donde se integran la propia Historia, Geografía y Democracia.

La cosa viene de largo. En 1984, Belisario Betancur puso en marcha una revolución educativa que, si bien le valió un puesto entre los presidentes más importantes del país, también tuvo desaciertos que sólo el tiempo demostró. Uno de ellos, fue la eliminación de la clase de historia colombiana, que se unió a Geografía, Ciencia Política, y estudio de la constitución.

Ese fue el primer puntillazo para el aprendizaje de la historia en los colegios colombianos. Pero fue en 1994, cuando César Gaviria firmó la ley 115, o Ley General de Educación, cuando la historia como disciplina desapareció de forma definitiva de las aulas y se convirtió en la materia que las generaciones a partir de esa fecha conocieron como Ciencias Sociales.

Tras la firma por parte del presidente Santos del decreto estaba contento porque creía que el sistema educacional de Colombia iba a suplir el tremendo error que se cometió allá por la década de los 80. Una de las asignaturas que debieran ser obligatorias en todo plan de estudios es la Historia propia. No tiene ninguna lógica que los estudiantes no conozcan la historia de su propio país. Como historiador lo veo como algo inconcebible.

Pues bien, parece ser que aquellas buenas intenciones se han quedado o, mucho me temo, se quedarán en agua de borrajas. La directora de Calidad Educativa del Ministerio de Educación (MEN), Mónica Ramírez, ha anunciado que "no va a volver la cátedra de historia, sino que se fortalecerá su enseñanza". Especifica esta señora que en el decreto se dejaba claro que “tiene por objeto restablecer la enseñanza obligatoria de la historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos curriculares de las ciencias sociales”, es decir, que se quedará todo como está.

Por si fuera poco aclara que “tendremos que llegar con lineamientos para generar pensamiento crítico, también en contenidos de memoria histórica; por ejemplo, cómo abordar la historia del conflicto en regiones que se han visto afectadas por la guerra”. Para esto, la ley estableció que se deberá crear una comisión de expertos que analicen las necesidades y las caracterísitcas de la enseñanza de la historia de Colombia según su contexto. Según el Ministerio de Educación, esto tomará dos años, tras lo cual se establecerán los lineamientos a seguir por los docentes e instituciones educativas.

Me da pena que tras un noticia esperanzadora, la de que la Historia será una asignatura única y no compartida, la realidad de nuevo aplasta la ilusión y te hace ver que las cosas no son como debieran ser, sino como a unos políticos insensibles con las necesidades de sus conciudadanos les interesa. Dice una vieja máxima que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Lógicamente en este caso no deseo que sea así, puesto que Colombia se enfrenta por primera vez en su historia al estallido de la paz en su territorio. Pero desde este espacio sí alzo la voz para revindicar que la Historia como materia independiente vuelva a las escuelas. Espero, aunque no lo espero, que así sea.


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