martes, 23 de octubre de 2012

FARC no es igual a paz


En Oslo (Noruega) se están celebrando unas negociaciones entre el gobierno de Colombia y las FARC. Esto no es algo nuevo, puesto que desde 1978 se han llevado a cabo múltiples  políticas de consenso por parte del Gobierno. Concretamente durante el gobierno del presidente Julio César Turbay (1978-1982) se aprobó la Ley General de Amnistía, en 1982 (Ley No. 35 del 19 de noviembre) y la derogación del Estatuto de Seguridad con la que el gobierno había mantenido cierta represión contra las organizaciones y movimientos populares de tendencia izquierdista. 

Sin embargo, lo primeros llamados procesos de paz se dieron bajo el mandato de Andrés Pastrana. En 1998, en otras negociaciones, el máximo dirigente colombiano permitió lo que se conoce como 'zona de distensión'. Ésta es era una zona de despeje militar en la localidad de San Vicente del Caguán que fue otorgada por el Gobierno del presidente mediante Resolución 85 de 14 de octubre de 1998, para adelantar un proceso de paz con las FARC y acabar con el conflicto, es decir, una zona controlada en exclusiva por el grupo guerrillero y sin presiones del Ejecutivo. Se creó en noviembre de 1998 y entró en efecto en enero de 1999,  comprendiendo una extensión de 42.000 kilómetros cuadrados. Desgraciadamente no sirvió de nada, excepto para que el grupo terrorista se rearmase. En aquella época las FARC dominaba gran parte del país.



La verdad es que no sé si creer que estas negociaciones vayan a servir para algo. Como es lógico, a pesar de todos los puntos negros que pudiera tener el gobierno de Juan Manuel Santos, siempre lo voy a preferir a las acciones de un grupo criminal y narcoterrorista que lleva asesinando a miles de sus compatriotas durante más de 50 años. Para llegar a un acuerdo de paz ambos contendientes han de poner de su parte. Así, mientras que el gobierno colombiano ya ha levantado las órdenes de captura de los guerrilleros presentes en Oslo (algo reconocido por la propia Interpol), el grupo terrorista aún no ha dado nada. Siguen asesinando, traficando con droga y exigiendo un cambio de modelo económico. Esta bien sentarse en torno a una mesa, pero si no se llega a un acuerdo, Santos deberá seguir utilizando la mano más que dura que pueda -y que el Estado de derecho le permita- con esta gentuza.

Otra cosa, si se llegara a un acuerdo de desmilitarización, el siguiente paso no es baladí. Aún hay que luchar contra el ELN, los paramilitares, herederos de las Autodefensas Unidas de Colombia, y las Bandas Criminales (Bacrim), lo que a mi paracer es más complicado.

Poco a poco Colombia saldrá de la violencia que la atenaza y se colocará allá donde se merece estar. Con el esfuerzo de los colombianos y, siempre, con declaraciones de apoyo y cariño míos hacia esta mi segunda casa.

Fotos: wikipedia


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