viernes, 14 de octubre de 2011

Mucho por hacer

En alguna ocasión ya he comentado que las infraestructuras en Colombia, en cuanto a comunicaciones se refiere, son simplemente deplorables. El tiempo de construcción de este tipo de infraestructuras se hace eterno debido en muchas ocasiones a los grados de corrupción que se ven. El caso de los Nule es un claro ejemplo de ello.

Por poner un ejemplo, en la ciudad de Bucaramanga (capital de Santander), se está construyendo un puente que comunica la zona donde está el aeropuerto con la ciudad. Es una infraestructura de no más de 60 metros que lleva ¡seis años! y aún no se ha terminado. Para este fin de semana de octubre se ha asegurado que se inciarán las pruebas de carga para abrir el 50 por ciento del puente, pero no se sabe la fecha de inauguración. Supongo que será como en España, se esperará a unas elecciones para que el político de turno se haga la correspondiente foto.

En el país del Sagrado Corazón, para hacer unos pocos kilómetros puedes estar horas y horas hasta llegar al punto de destino. No sólo las carreteras se hacen con una lentitud pasmosa, sino que el mantenimiento destaca por su ausencia. Otra perla: entre Bogotá y Neiva (capital del departamento del Hulia) hay 326 kilómetros, por lo que lo normal es que se tardara unas 3 horas y media. Por lo menos ese es el concepto que se tiene cuando se viene de España. Pues no, desgraciadamente en Colombia no es así; os podéis imaginar cuanto se tarda por estos lares: ¡seis horas!

Todo esto que escribo viene a que hace un par de días el congreso de Estados Unidos acaba de aprobar la consecución del Tratado de Libre Comercio entre este país con Colombia. No voy a entrar en que si me parece bien o mal, pero sí entraré en un detalle. Este tratado se ha trabajado durante nueve años y las comunicaciones nacionales no se han mejorado ni un ápice. ¿Por qué no se ha trabajado durante este tiempo en mejorar esta deficiencia? Un país no podrá exportar con comodidad sus productos si no tiene carreteras.

Son muchos los análisis que avisan de la necesidad de mejorar las infraestructuras. The economist ya comentó que si Colombia no mejora sus vías no será competitiva y su economía se verá frenada. En otra revista, en este caso colombiana, Yohir Akerman, puso un claro ejemplo del coste del transporte terrestre dentro de Colombia. Buenaventura es una ciudad en Valle del Cauca con un puerto que mueve el 60 por ciento del volumen de carga nacional; es más, el 80 por ciento de café colombiano sale de este punto. Pues bien, sale más barato transportar un contenedor entre Buenaventura y la capital del país (que está a 632 kilómetros), que llevarlo a Shangai, en China. Así, como es lógico, la economía colombiana, que está creciendo a un 4'5 por ciento, se verá frenada muy rápidamente.

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