Vaaaale, ya sé que una segunda entrada de pirateo en tan poco tiempo cansa un poquito, pero es que no he podido resistirme a colgar esta foto que hice en un puesto muy cerca de la universidad. El señor no sólo vende cordones para los zapatos como forma de ganarse la vida, sino que ha decidido diversificar el negocio y lo ha ampliado al negocio de las plantillas.
¿Qué será la próximo?, ¿zapatos Mike? ¿calcetines Tuma? o ¿zapatillas deportivas Pacoste?
Ja, ja, me encanta.
Y que conste que le compré unos cordones y le pedí permiso para hacer la foto.
martes, 23 de noviembre de 2010
domingo, 21 de noviembre de 2010
Pirateo
Lo del pirateo es algo que ya se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Y no hace falta ir a la calle para comprar algo pirata; el que no se haya bajado de internet una canción o película que tire la primera piedra. Recuerdo en Granada, en el Paseo del Genil, la venta de pelis, camisas o perfumes.
Pues, como es lógico, por estas tierras la cosa es similar, aunque con una pequeña diferencia. Claroe jemplo es la foto. Como se puede ver en esta tienda no sólo no se oculta la venta de películas piratas, sino que se anuncia y se prometen rebajas si se compran más de una. Y no sólo aquí, sino que justo al lado de la universidad se ponen lo que en España llamamos manteros y anuncian también documentales. Lo mejor de todo es que puedes hacer peticiones.
En la Universidad Nacional antes se vendían dentro del recinto, aunque últimamente ya lo han prohibido.
Lo que más gracia te hace es cuando ves a algún policía mirando las películas a la venta para comprar alguna.
La gente se busca la vida como buenamuente puede, ¿verdad?
Pues, como es lógico, por estas tierras la cosa es similar, aunque con una pequeña diferencia. Claroe jemplo es la foto. Como se puede ver en esta tienda no sólo no se oculta la venta de películas piratas, sino que se anuncia y se prometen rebajas si se compran más de una. Y no sólo aquí, sino que justo al lado de la universidad se ponen lo que en España llamamos manteros y anuncian también documentales. Lo mejor de todo es que puedes hacer peticiones.
En la Universidad Nacional antes se vendían dentro del recinto, aunque últimamente ya lo han prohibido.
Lo que más gracia te hace es cuando ves a algún policía mirando las películas a la venta para comprar alguna.
La gente se busca la vida como buenamuente puede, ¿verdad?
jueves, 4 de noviembre de 2010
Arepología
Cuando estás en Colombia debes de apreder una serie de cosas básicas como por ejemplo cuando vayas en coche o en autobús no te preocupes por nada de lo que estás viendo del tráfico (todo es normal), no debes de dar papaya (debes de pasar desapercibido) o aprovecharte de toda la papaya que puedas (aprovecharte de la situación siempre que puedas).
Pero hay una cosa más y son la arepas. Elemento básico culinario de la cocina colombiana, las hay en todos y cada uno de los departamentos, ya sean con sal, sin sal (de Medellín), con carne, con huevo (de la costa caribe), con queso, etc, etc. Os aseguro que es todo un mundo.
Es muy frecuente ir por Bogotá y ver gente que ha montado sus chiringuitos y vendes arepas bastante baratas. Desde 600 (0'26 €) a 1.500 pesos (0'65 €), o lo que es lo mismo, que es fácil siempre estar comiandolas. Pero aparte de éstas, ya por latarde-noche hay puestos mnás elaborados que ponen carteles como el que aquí pongo en donde ya se ven arepas más sofisticadas. De las que se ven en la foto, he probado todas excepto la número 5.
Lo más normal es tomarlas en el desayuno, aunque también se suelen tomar en las comidas, que es como por estos lares llaman a la cena. Se trata de una comida salada, de tal manera que los colombianos no conciben comerlas con, por ejemplo, mermelada en el desayuno. Se comen bien solas o con embutido o carne.
Eso sí, uno ha innovado y, a pesar del asombro de los nacionales que se llevan las manos a la cabeza, he hecho, por ejemplo, arepas de chocolate. ¡Muy buenas!
Pero hay una cosa más y son la arepas. Elemento básico culinario de la cocina colombiana, las hay en todos y cada uno de los departamentos, ya sean con sal, sin sal (de Medellín), con carne, con huevo (de la costa caribe), con queso, etc, etc. Os aseguro que es todo un mundo.
Es muy frecuente ir por Bogotá y ver gente que ha montado sus chiringuitos y vendes arepas bastante baratas. Desde 600 (0'26 €) a 1.500 pesos (0'65 €), o lo que es lo mismo, que es fácil siempre estar comiandolas. Pero aparte de éstas, ya por latarde-noche hay puestos mnás elaborados que ponen carteles como el que aquí pongo en donde ya se ven arepas más sofisticadas. De las que se ven en la foto, he probado todas excepto la número 5.
Lo más normal es tomarlas en el desayuno, aunque también se suelen tomar en las comidas, que es como por estos lares llaman a la cena. Se trata de una comida salada, de tal manera que los colombianos no conciben comerlas con, por ejemplo, mermelada en el desayuno. Se comen bien solas o con embutido o carne.
Eso sí, uno ha innovado y, a pesar del asombro de los nacionales que se llevan las manos a la cabeza, he hecho, por ejemplo, arepas de chocolate. ¡Muy buenas!
martes, 2 de noviembre de 2010
Aviso a los navegantes
Voy a decir una perogrullada: la mejor forma de conocer algo es viajando. Siempre me ha gustado conocer sitios, gentes, lugares, comidas, olores o sabores. Y todo eso es algo que en Colombia lo puedo hacer día a día. Yendo en autobús se ve cómo es la gente y palpas la realidad de un país.
Pues bien, durante este fin de semana pasado Clarita y el que suscribe nos fuimos a una población que se llama Tunja que está a unos 130 kilómetros de Bogotá. En otro momento ya hablaré más detalladamente de esta ciudad, aunque para muestra un botón. Esa distancia la hicimos en sólo ¡3 horas!
Pero este nos es el propósito de la entrada. Cuando llegamos a la estación de autobuses de Tunja me quedé un poquito de piedra cuando vi este panel informativo en donde se exponían las empresas de transporte que operan en esa terminal, sus números de accidentes y en éstos los heridos o muertos. Atención que los datos no están actualizados, sólo aparecen hasta julio, con lo que los datos pueden ser mucho más trájicos. Otro día hablaré del tráfico y sus peculiaridades colombianas.
Volviendo al tema de la foto. Según me dijeron esta normativa de los paneles informativos que impuso el gobierno para que los usuarios tuvieran previo conocimiento de qué compañías tenían más accidentes y así obligar de manera indirecta a la mismas a que adquiriesen más precauciones en sus traslados.
Trágico, ¿verdad?
Pues bien, durante este fin de semana pasado Clarita y el que suscribe nos fuimos a una población que se llama Tunja que está a unos 130 kilómetros de Bogotá. En otro momento ya hablaré más detalladamente de esta ciudad, aunque para muestra un botón. Esa distancia la hicimos en sólo ¡3 horas!
Pero este nos es el propósito de la entrada. Cuando llegamos a la estación de autobuses de Tunja me quedé un poquito de piedra cuando vi este panel informativo en donde se exponían las empresas de transporte que operan en esa terminal, sus números de accidentes y en éstos los heridos o muertos. Atención que los datos no están actualizados, sólo aparecen hasta julio, con lo que los datos pueden ser mucho más trájicos. Otro día hablaré del tráfico y sus peculiaridades colombianas.
Volviendo al tema de la foto. Según me dijeron esta normativa de los paneles informativos que impuso el gobierno para que los usuarios tuvieran previo conocimiento de qué compañías tenían más accidentes y así obligar de manera indirecta a la mismas a que adquiriesen más precauciones en sus traslados.
Trágico, ¿verdad?
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