martes, 6 de junio de 2017
Educación en Colombia
El tema de la educación es un problema ya enraizado en Colombia. Los profesores de este país están en huelga (en paro, como dice allí) para pedir la mejora de sus condiciones laborales. En mayo de 2015, otra entrada en este blog ya comentaba los problemas del panorama educativo, por lo que, visto lo visto, parece que no han mejorado mucho las cosas.
La educación se puede ver bajo varias perspectivas, desde el alumnado, desde el profesorado, desde las infraestructuras o desde el resultado del país en las pruebas PISA, o lo que es lo mismo, el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes.
Bajo la perspectiva del alumnado, sigue habiendo una gran diferencia entre la educación pública y la privada. Los colegios distritales, los públicos, no suelen poseer las mismas condiciones e infraestructuras que los privados, por lo que los niños parten en desventaja. Además, muchos colegios distritales tienen doble turno, es decir, debido a la alta natalidad y a la falta de colegios, existen dos turnos: El primero va desde las seis de la mañana hasta las 12 del mediodía y el segundo por la tarde. Mientras tanto, los alumnos de colegios privados no suelen tener este incoveniente, por lo que el número de horas que tiene al día siempre será superior a los de niños de colegios distritales. Esto influye irremediablemente en los resultados académicos de los muchachos. Así, cuando les llega el momento de presentarse a las pruebas ICFES, una especie de Selectividad, los estudiantes provenientes de colegios privados suelen obtener mejores resultados, lo que les permite acceder a universidades públicas, mucho más económicas que las privadas.
En lo que se refiere al profesorado, el problema es las carencias con lñas que muchas veces trabajan y, por supuesto, los sueldos bajos que reciben. Según un análisis que leo en la web lasdosorillas.co, el salario promedio (monto bruto) de un docente en Colombia en la actualidad es de 2,301.109 pesos, sin embargo, dos aspectos importantes hay que resaltar los cuales disminuyen esa cantidad de manera considerable. La primera se da al tener en cuenta la época en que se presentó la coyuntura (mayo de 2015), para la fecha no se contaba con los aumento salariales del 5.66% y 9.77% que recibió el magisterio Colombiano durante los años 2015 y 2016 respectivamente, a esto se suma el ascenso dentro del escalafón de 25.920 docentes por medio de la primera convocatoria de la Evaluación de carácter diagnostica formativa (ECDF), la cual incremento el gasto solo por concepto de retroactivos (reubicaron y ascendieron) en 400.000 millones de pesos (cifras dadas por la Federacion Colombiana Educación -FECODE- en junta nacional 1 y 2 de Noviembre del 2016), esto evidencia de manera clara que el promedio salarial de un docente para el primer semestre del año 2015 estaba por debajo de los 2.000.000 pesos, unos 645 euros. Esto obliga a que muchos maestros se vean en la obligación de tener que buscarse un segundo trabajo.
Esto en cuanto a los maestros pertenecientes a la administración pública. Los que desarrollan su labor en los colegios privados dependen cada curso de que el colegio en donde trabajan les queira renovar su contrato. La razón es que cada año firman su contrato laboral a término fijo, y a finales del último mes escolar, estarán desempleados por dos meses, o quizá por más tiempo. La revista Semana lo explica mucho mejor que yo.
Todo esto repercute ¿en quién? En el alumnado y por ende, en el sistema educativo colombiano, aún con mucho camino por recorrer. Mientras tanto, los resultados del informe PISA siguen poniendo a Colombia por debajo de la media, aunque ha mejorado un poquito.
Para finalizar me gustaría hacer una reinvidicación de la educación pública. El Estado está obligado a dar a todos los colombianos las mismas oportunidades para que puedan acceder a una educación pública de calida. Y no sólo en la universidad, sino desde la base, desde la educación primaria. Todos los colombianos han de tener las mismas oportunidades para tener un buen colegio, un buen instituto y una buena universidad. Sólo así se irán limando las diferencias sociales que se mantiene. SI no trabaja en ello, los estratos seguirán marcando el devenir de la sociedad colombiana, ¡una pena!
Foto: Revista Semana
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