La paciencia es una virtud en todos los sitios, pero en Colombia es, además, de obligado cumplimiento. Lo mejor que puedes hacer es concienciarte de que algunas cosas van a ir un poquito lentas. En ese sentido los colombianos y los españoles son parecidos, es decir, mucho quejarse pero poco ponerle soluciones. De todas maneras los españoles han aprendido con el paso del tiempo a mostrar su disconformidad cuando algo no les parece correcto o cuando quieren que las instituciones públicas le pongan solución a algo que les da problemas.
Todo este rollo que estoy soltando viene a cuanto de la calle donde vivimos. Cuando llegué al 'nuevo mundo' el estado del firme es el que se puede ver en esta primera foto, es decir, el asfalto estaba en bastante mañ estado, con uns boquetes considerables. No tenía ni idea de cómo podía intentar que se le pusiese solución, puesto que lógico en estos casos es que el propio ayuntamiento tenga unos funcionarios encargados de conocer el estado de las calles de la ciudad y arreglarlas cuando fuera necesario.
Pues bien, la cosa fue empeorando, de tal manera que unos meses después, y tras haber caído bastantes lluvias, el estado era ya más que deplorable, como bien se puede ver. ¿Qué hacer?
Donde vivo pertenece al barrio de Teusaquillo, por lo que un día llamé al ayuntamiento y les dije que quería presentar una queja por el estado en el que se encontraba la calle. Fue curioso, porque la señorita que me cogió el teléfono me preguntó, ¿una queja? Yo creo que se quedó alucinada. Eso fue aproximadamente hace unos cinco meses.
Casi tres meses después tuve que pasar por este ayuntamiento para recoger un papel de Clarita, por lo que aproveché para dejar una queja por escrito y pidiendo por segunda vez que arreglaran la calle. Además, pedí hablar con el funcionario encargado, por lo que pude explicar de viva voz al arquitecto mi petición.
Lo curioso es que cuando comentaba mis pasos, los colombianos de mi alrededor se reían diciendo que ya podía esperar sentado porque no iba a conseguir nada, la primera, Clarita. Sin embargo, al final, una mañana, pudimos comprobar con una enorme alegría que los esfuerzos habían tenido una digna recompensa. Los servicios del ayuntamiento no sólo arreglaron esta calle, sino todas las del barrio, que también estaban hechas polvo. Aquí muestro la foto de como quedó.
Así que, que no todo sean curiosidades más o menos negativas. A lo mejor un poco más lento, pero lo importante es la efectividad y que se vayan haciendo las cosas. Eso sí, es necesario quejarse cuando hace falta. Se seguirá en la lucha.
martes, 7 de diciembre de 2010
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Lo que nos dice que sí debemos quejarnos pero en los canales efectivos, muchas veces solo decimos madrazos pero nos da pereza llenar la queja por escrito y en eso se amparan los que no hacen su trabajo bien, en que precisamente no ven su trabajo amenazado porque nadie se queja formalmente.
ResponderEliminarMe dio alegría que por lo menos en este ejemplo funcionaran las instituciones. Bien por los del asfalto y bien por el Españolito!!!
Clara
Me has dejado a cuadros...yo pensé que estas cosas no pasaban y menos en mi querida patria.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, hay que quejarse, con educación y fundamento, pero no dejarlo pasar. Y claro, felicitar también cuando uno ve que las cosas funcionan (no es tan raro, sucede mucho... solo que a veces tenemos los ojos ciegos a las cosas buenas)
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