miércoles, 24 de diciembre de 2014

Colombia en Cuenca





En España hay miles de colombianos; en Cuenca, la cantidad es un poquito menor, aunque sin errar mucho se puede decir que el número ronde entre los 350 y los 500. Reconozco que son más de los que pensé en un primer momento. A la par que su prensencia se ha ido haciendo más palpable, de manera paralela la presencia de multitud de elementos criollos también lo ha sido. He aquí algunos ejemplos.

Pero no son sólo ellos los que llevan la bandera tricolor a esta ciudad castellana. Con el deambular de los días muchos son los detalles que vislumbro relacionados con Colombia. Ya sea en artículos de consumo, libros u ocio. El primero de ellos es, ni que decir tiene, el producto que, posiblemente junto a las esmeraldas, constituye una de las joyas de la exportación colombiana. Este precioso bote de café lo vendían en un supermercado justo al lado de casa.


La siguiente foto es de las novedades adquiridas por la biblioteca municipal de Cuenca. El segundo libro es El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince. Supongo que habrá más títulos de otros escritores de la tierra, como lógicamente, Gabriel García Márquez, pero como este libro me encantó, quise destacarlo en este blog.



Siguiendo con los rasgos colombianos en Cuenca, esta fiesta navideña es de digno análisis. De antemano comento que no fuimos pero más por olvido que por otra cosa. Aparte de esta cena colombiana, vi carteles similares pero para paraguayos, ecuatorianos y dominicanos. Lo que es seguro es que los asistentes a la lechona se mantuvieron despiertos hasta que el cuerpo aguantó. Sólo una cosita, no sabía que la lechona era del Tolima. ¿O es que hay de varios tipos?

Esta me encanta. Me la encontré justo al lado de unos institutos de Educación Secundaria. No tengo ni idea de porqué la pusieron y cual era el motivo, pero me llamó la atención. Cuenca es una pequeña ciudad de 55.000 habitantes y desconocía la existencia de un  'barrio latino'. Además, ¿cómo se relaciona eso de abajo los deberes con el supuesto barrio latino? A cuadros me quedé.

Con esta dos me río mucho. A la izquierda una colonia que se llama Kokoriko y la derecha lo que para un colombiano es el Kokoriko. Por estos lares europeos es una colonia -con un look nada acertado, por cierto-, mientras que allende los mares es una franquicia de pollo frito. ¡Para todos los gustos!

miércoles, 23 de julio de 2014

James Rodríguez, el conquistador


El fichaje de James Rodríguez por el Real Madrid ha revolucionado el mercado de verano. Aunque su calidad era bien conocida, el mundial de Brasil 2014 significó el respaldo necesario que le catapultó al olimpo de los elegidos que son fichados por un Real Madrid o un Barcelona. 

La llegada de James Rodríguez a Madrid levantó, como se dice en el argot periodístico, ríos de tinta. Tal es así que el Marca le dedicó cuatro páginas el 23 de julio, más las dos de la portada. La bandera colombiana luce orgullosa en la portada del periódico deportivo más vendido de España y la prensa lo define con un escueto pero clarificador "el conquistador". 

Fueron 45.000 las almas que se acercaron al estadio Santiago Bernabéu para darle la bienvenida y agasajar a su nuevo héroe. Lógicamente la mayoría eran colombianos, aunque no faltaron muchos españoles. Eso sí, entre los cartelitos que llevaron los asistentes no faltó un recuerdo a Yepes y a su si/no gol, je je je.  Se puede ver en la foto que agrego.




Pongo también el enlace de unos vídeos colgados en la web del Marca: El Bernabéu recibe a la "fiebre amarilla", Armó la mundial. James Rodríguez: es un sueño hecho realidad, g .

La expectación que trajo consigo el cucuteño tampoco se la quiso perder el embajador de Colombia en España, Fernando Carrillo, que tuvo su minuto de gloria en la presentación del furbolista. Hasta el presidente Juan Manuel Santos tuvo palabras de reconocimiento a la par que proponía confeccionar en Colombia las camisetas del Real Madrid con un letrero que diga 'made in Colombia'.

¿Y a partir de ahora qué pasará? ¿Será el Real Madrid el equipo "de toda la vida" de muchos compatriotas cafeteros?

Rincón y Congo. Dos colombianos ya se enfundaron la camiseta del Real Madrid con anterioridad, Freddy Rincón (1995-1996) y Edwin Congo (2001-2002). Ninguno de los dos llegó a triunfar, aunque su calidad era indiscutible. Esperemos que a James Rodríguez no le pase algo parecido y deleite a los seguidores del Real Madrid y del buen fútbol con sus regates y goles. Aquí pongo un artículo de la BBC en español en donde presenta cómo les fue a ambos jugadores.

Fotos: Marca




miércoles, 28 de mayo de 2014

Buscando a Bolívar





La primera vuelta de las elecciones colombianas ha dejado al Juan Manuel Santos y a Óscar Iván Zuluaga, del partido de la Unidad Nacional y Centro Democrático respectivamente, como únicos candidatos a ocupar la presidencia del país.


El sistema electoral colombiano y, en general, latinoamericano, no me gusta porque cada candidato a la presidencia, al senado, al congreso o a una concejalía se han de pagar de su bolsillo la campaña electoral, con lo que desde el primer momento se promocionan los pactos y, por ende, la posibilidad de corrupción. Lo único que se necesita de un partido es un aval.

Por otro lado, entrando ya en el análisis de la campaña electoral, vi con asombro que en los debates televisivos el tema estrella era la necesidad o no de continuar con el proceso de paz, es decir, mantener las negociaciones con el grupo narcoterrorista de las Farc. Desgraciadamente fue una campaña sucia, en donde el espionaje marcó el devenir de los días. En los mítines electorales se hablaba más del contrario que de las propuestas para un mejor gobierno.

Lógicamente, el tema de las Farc es una constante en este gran país. No puede hablarse de construcción nacional sin obviar a la guerrilla más antigua no sólo de Latinoamérica, sino del mundo. El último grupo terrorista que optó por dejar las armas fue el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), que firmó la paz con el Gobierno de Filipinas tras 30 años de muertes.

Entonces, por supuesto que el proceso de paz es importante, pero ¡no lo es más la desigualdad social, la ausencia de infraestructuras de comunicación o la inexistencia de una sanidad y educación públicas! Y de esto no hablaba casi nadie. Sólo lo vi en el programa de Clara López.

Esto que digo no es baladí ni me lo invento. En octubre de 2013 ONU Hábitat presentó un estudio en el Foro Urbano Nacional en donde se mostraba la desigualdad social en el continente. El estudio  arrojó que Colombia es el tercer país más desigual de Latinoamérica, lo que la convierte al mismo tiempo en una de las naciones con un mayor índice de inequidad del mundo. Las 13 ciudades más desiguales del país fueron Medellín, Cali, Cúcuta, Bogotá, Manizales, Montería, Pasto, Villavicencio, Ibagué, Barranquilla, Cartagena, Pereira y Bucaramanga.

Por otro lado, los sueldos medios siguen siendo muy bajos. La inmensa mayoría de los empleados deben de mantener a sus familias con salarios escasos en comparativa con los que reciben sus jefes. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Trabajo, el 42 por ciento de los ocupados colombianos no reciben ni siquiera un salario mínimo, es decir, 8,8 millones de personas no alcanzan a recibir 589.500 pesos al mes (226 euros). Y la inmensa mayoría de la masa laboral nacional no alcanza dos salarios mínimos.

¿Y la sanidad y la educación? Sigue estando en manos más privadas que públicas, con lo que la brecha social no sólo no disminuye, sino que aumenta.

¿Cuál es el problema? La necesidad del colombiano y del latinoamericano de buscar a un líder rígido, al caudillo, a la reencarnación de Bolívar. Tanto Santos como Zuluaga se vendieron como poderosos, como fuertes y con la capacidad de llevar por la senda de la seguridad al país. Eso no es malo, pero ¿no sería conveniente dar a todos los colombianos, independientemente de su origen social, la posibilidad de tener una sanidad y educación públicas y con calidad y la oportunidad de llegar a la universidad? ¿No sería bueno para el país que las carreteras mejorasen para facilitar el comercio y, por consiguiente, ayudar a la salida de los productos desde el interior? ¿No significaría mayor riqueza crear una infraestructura industrial con el fin de que los jóvenes no se tengan que marchar de Colombia para poder ejercer? Y, por supuesto, ¿no sería positivo que disminuyese la grieta salarial entre los colombianos? La riqueza que está entrando en los últimos años no se reparte de forma equitativa.

El colombiano medio no percibe que ese 4,5 por ciento de crecimiento se convierta en mejores carreteras, más sanidad y educación públicas, mayor seguridad en las calles, menos corrupción, mejores sueldos o más seguridad en la contratación laboral.

Menos caudillos y mucha más política social.

Foto: http://www.colombia.com/elecciones/2014/presidenciales/tarjeton/

domingo, 23 de marzo de 2014

Colombia da estilo a Cuenca


Cuenca es una ciudad pequeña en la que existe una gran cantidad de nacionalidades. Con esto de la crisis, ahora mismo no sé que porcentaje de extranjeros habrán cambiado las tierras conquenses por otras, aunque sí puedo decir que para el tamaño de la ciudad, hay bastantes nacionalidades. Creo que los colombianos son la tercera comunidad más numerosa con unos 300 miembros.

Debido a mi trabajo he conocido a algunos colombianos residentes en este ciudad, aunque también yendo con Clara, por ejemplo, a comprar, hemos conocido a más de uno. Me gusta.

La Cruz Roja sacó hace un tiempo una campaña en donde diferentes personas de varias nacionalidades aparecían en unos carteles en donde se decía 'doy estilo a Cuenca'. La idea me gustó. Fueron carteles que se pusieron por toda la ciudad o en los autobuses. ENtre los que hicieron, hubo uno de una colombiana que aquí os pongo. 

Es una pinceleda de alegría colombiana en esta ciudad y en esta tierra castellana.

domingo, 16 de febrero de 2014

¿Por qué fracasan los países?





Acabo de terminar la lectura del libro ¿Por qué fracasan los países? Los autores son Daron Acemoglu y James A. Robinson. Son un turco y un norteamericano y economistas en el Massachusetts Intitute of Technology y universidad de Harvard respectivamente. Obviamente ambos estudiosos tienen una formación académica muchísimo más amplia que la mía. Sin embargo, he de decir que, sin conocerles con anterioridad, gracias a lo que leí en el máster y mi residencia en Colombia, ya opinaba algunas cosas que después he leído en artículos, entrevistas de ambos o en el libro que he nombrado.


El libro explica cómo las naciones avanzan en su desarrollo siempre y cuando sus gobiernos sean inclusivos o excluyentes. Eso significa que los gobiernos potencian la creación de instituciones y leyes que fomentan una economía inclusiva, o lo que es lo mismo, que buscan que toda la sociedad se beneficie. Por el contrario, los gobiernos excluyentes sólo promocionan y benefician a las clases pudientes y a las élites sociales. 

Se trata de una teoría muy interesante, tanto en cuanto, pueden analizarse varias sociedades, culturas y naciones utilizando unos mismos parámetros. En el caso de Colombia, lo que ambos analistas afirman es que "es muy poco probable que haya crecimiento económico sostenible". Entre algunas razones que dan está la existencia de una élite social que no lo interesa promocionar a las clases bajas y, por supuesto, a las medias, para seguir manteniendo su estatus. Algo que no sólo ocurre en Bogotá, sino en todos los departamentos. Además, el hecho de que perdure la violencia provoca la debilidad del Gobierno y sus instituciones en todo el país. Así, las élites sociales y/o políticas en un departamento lo manejan hasta cierto punto a expensas de lo que diga Bogotá.

Sin embargo, a pesar de que al libro le pongo un sobresaliente, le pongo tres peros. El primero de ellos es que da la sensación de que la regla para medir lo inclusivo o lo extractivo es la Revolución Gloriosa inglesa. La revuelta de una parte de la nobleza y los comerciantes ingleses contra el monarca Jacobo II parece que fue lo mejor que le ocurrió a Inglaterra y que los cambios de gobierno en el mundo se deberían de medir siguiendo los parámetros gloriosos británicos. Amén de que los efectos de la expansión territorial de España o Francia son siempre mucho más negativos que los ingleses.

El segundo es que obvia la importancia de la educación para cambiar la mentalidad y concienciación y, por lo tanto, la integridad de los futuros políticos. Habla de la clase política, es cierto, pero no ahonda en la necesidad de invertir en educación pública para mejorar la formación de los niños de hoy en día, futuros mandatarios de la nación. Hay que cambiar ciertos valores, ciertas mentalidades para que el país cambie de verdad. Lógicamente no es trabajo de un día, pero sí se puede hacer.

Y la tercera es que el tema de la corrupción destaca por su ausencia. En todo el libro no toca nunca ese tema, lo que es básico a la hora de entender ralentizaciones en el desarollo económico. Tampoco ahonda en la posibilidad de que la corrupción pueda significar un freno en el futuro de países como Brasil.

En fin, un excelente libro escrito bajo una visión anglosajona. Por supuesto, lo recomiendo.
Aquí os dejo una crítica que salió en la página web la informacion.com.com.

lunes, 10 de febrero de 2014

Cirugía plástica





Colombia es un país donde el culto al cuerpo es importante. No es que no lo sea en España o en otras naciones, pero en Colombia adquiere un peso que no se percibe en otros países. Excepto en Venezuela, claro está, en donde es casi una religión.

Por poner un ejemplo, la Sociedad colombiana de cirugía plástica aseguró que entre diciembre de de 2013 y enero de 2014 se incrementaron este tipo de cirugías un 30 por ciento. Al año se practican en este país cerca de 100.000 cirugías plásticas.
Un ejemplo claro de esto es algo que vi un día, paseando por una zona de Bogotá que se llama los outlets. Vi un escaparate con unos maniquíes la mar de curiosos. Como podéis ver en la foto, aparte de que ambos reflejan a mujeres estilo 'lobas', les ponen una tetas enormes.

¿Sabéis una cosa? En Colombia hay un concepto que es el de traqueto.  Se les llama así a la personas relacionadas directamente con el tráfico de sustancias ilegales, de manera más específica, cocaína y marihuana. El nombre suele darse, sobre todo, a los mandos medios o a quienes se destacan por la ostentación del dinero que trae el tráfico ilegal. El título no suele darse a los grandes capos, ni a aquellos que prefieren mantener un bajo perfil.

Pues bien, muchos de estos tipos, cuando se echan una novia, la meten en el quirófano y las cambian a base de bisturí. Les ponen culo, tetas y todo aquello que les guste. Así que estos maniquíes reflejan, desgraciadamente, mujeres así. 

Por otro lado, es un estilo de belleza que ha cuajado tanto en la sociedad, que muchas mujeres lo imitan, aunque no estén relacionadas con el mundo de la droga. La pena es ver a niñas y adolescentes que aspiren a tener esos cuerpos y los supuestos beneficios que les traería.

Cuando vi lo maniquíes me hicieron gracia, por lo que no pude evitar sacarle una foto.

No quiero que nadie se sienta ofendido. No estoy criticando o menospreciado a la mujer o a la sociedad colombianas. Es algo que se ve y me da pena.

lunes, 3 de febrero de 2014

¿Otra vez con el imperialismo?



Volvía del trabajo y me encontré con esta pegatina puesta en una cabina telefónica. La tentación me pudo y no pude evitar hacerle una foto. Cosas como estas son típicas de las fuerzas de izquierda en España, en este caso de las juventudes del Partido Comunista de España (PCE). El concepto, grosso modo, viene a ser el que los pobrecitos latinoamericanos están humillados por el gringo malo. 

Es algo que de vez en cuando vuelve a salir a la palestra de la revindicaciones izquierdistas. No estaría mal siempre y cuando alguno de ellos hubiera estado en Latinoamérica y se hubiese dado cuenta de que los mayores imperialistas de aquellas tierras son las clases predominantes. Amén de que con la llegada de españoles en los últimos tiempos, parece más una reconquista que un imperialismo. Varios son los problemas de base de los países latinoamericanos, pero el imperialismo gringo no es, ni muchísimo menos, uno de ellos. No se acerca a la cabeza de los principales.

Pongo como ejemplo, aparte del cartelito del principio, una pintada que apareció en Cuenca cuando murió el ex presidente venezolana, Hugo Chávez. Foto que tomé prestada del face de una amiga. 

En fin, lo del imperialismo y similares son los viejos tópicos en los que se basa la izquierda rancia para volver al discurso fidelista de los años 60. ¡Qué se le va a hacer!